Es muy importante que al limpiar la boca y para mantener una correcta higiene bucal no nos olvidemos que deberemos frotar nuestra lengua con limpiadores linguales especialmente diseñados para ello y que permiten eliminar las bacterias que quedan acumuladas.
Deberíamos de tener en cuenta que la lengua es gran parte del reflejo del aparato digestivo, podríamos decir que es como una extensión del estómago.
Si nos fijamos en el color y forma de nuestra lengua, puede decirnos muchas cosas:
Una lengua rosada, una lengua sana, flexible, suave, se mantiene ligeramente húmeda y no presenta grietas. La capa blanca que aparece por encima es normal, siempre y cuando sea fina; más que con enfermedad esta capa se relaciona con higiene y limpieza al cepillarnos.
Una lengua blanca, refiere una posible patología digestiva bien gastritis o infección por hongos.
Lengua roja y brillante, da idea de infección.
Lengua amarilla, deberíamos pensar que se trata de un problema biliar, bien porque hay reflujo al estómago o porque la vesícula o hígado están dañados.
Las lenguas geográficas reflejan un exceso de ácido gástrico, por enfermedad o por reflujo.
Una lengua con un color marrón oscuro, hay que pensar que podríamos tener una patología de colón.
Una lengua muy pálida, acompañada de palidez en labios y conjuntiva daría muestras de principios de anemia.
¿Has visto que saludable es sacar la lengua?